lunes, 27 de junio de 2011

Me quedo con ese último beso.

Esta vez sí,
Esta vez sí.
Sí que sí.
Sí.


"Y tiemblo porque acabamos de desaparecer. Es noticia de última hora. Ha sido en este preciso momento cuando realmente ha ocurrido: la una se fue corriendo, y el otro se quedó esperando a esa una. T de temblar. Pero el problema ha sido que ese 'esta vez sí' no podía esperar más. E de éramos uno. Digamos que ya habíamos alargado esa cuerda que nos unía. Q de quererte. Y se acaba de escindir en dos. No pudimos compartir esa felicidad de la que hablan en la radio, en la televisión, en los poemas. U de única. Estoy seguro de que alguno de vosotros sí sabe cuánto duele que desaparezca ése o ésa que acostumbra a cortarle a uno los bostezos; ésa que te mira y que consigue dejarte sin palabras, en silencio. I de inquietud. Jamás pensé que todo se diera a través de un escrito, y que las miradas, los gestos, los abrazos, esos bésame rápido, que no tenemos más tiempo no tuvieran protagonismo alguno en este esta vez sí, cuando han sido los que más importancia han adquirido en esta vuelta ciclista 2011. E de éramos uno. Por lo menos sé que me ha leído, Ella, mi pintura. Sé que nos hemos querido tanto, y tan fuerte, pero tan poco tiempo. Entiendo que sentirse especial es muy importante, y no conseguirlo apaga las luces de todo lo construido. R de ricominciare. Es ahora cuando he de cerrar los ojos y evitar cualquier asociación que me lleve a su cintura, a su piel, a esa nariz que tanto le gusta, a ese 'lunar' que a mí tanto me gusta. O de ocho vidas. Supe desde el primer momento en el que la conocí que nuestros abrazos no llegarían a ninguna parte. Fui consciente de que no alcanzaríamos esos días futuros, ahora imposibles, en los que hablaríamos sobre qué cuadro de Kanevsky vendría mejor en lo alto de nuestra cómoda; en la pared de nuestro baño; en la entrada a nuestro hogar. Supe además que yo no sería quien estaría esperándola a que recogiese ese Nobel de Química 2025. Quizás, en su momento, no eché la vista tan hacia delante, pero sí es ahora en lo que no dejo de pensar, en ella y en su trayectoria sin éste que escribe.

Permíteme seguir escribiéndote. Me resulta imposible descansar con este ca/do-lor.

Me siento incapaz de concluir esta carta, ya que una vez terminada algo habrá muerto dentro de mí, esperando a que otro algo muy distinto nazca. Ése, ése es el problema de por qué parezco no ser consciente de esta inminente, ya está aquí, despedida. El contenido de ese problema conlleva ese no querer morir todavía, ni siquiera deseo su consecuencia, florecer de nuevo. Quiero algo que no queremos los dos, por lo que asumo que una, el otro, tendrá que dejar de lado su apetencia del momento -un momento que roza la enternidad-.

No me importaría morir en este instante -instante que terminará con un te quiero. Siempre tuyo. Mario escrito al final de la hoja-. Es verdad que no me quejaría si ahora alguien amenazase con acabar conmigo, con esta vida única que todos y cada uno de nosotros tenemos, y que deberíamos estar disfrutando las doce horas del día y las 3 horas nocturnas, pero que ahora me es completamente indiferente el hecho de saber si duermo dos y me mantengo despierto las horas restantes, o al revés. Sólo espero que algo diferente a una espera, a unos puntos suspensivos, ocurra tras el esperado punto y final.

He de decir a mi favor que todo esto, afortunadamente, no fue como aquellas situaciones en las que uno se da cuenta de cuanto quiere, de cuantísimo necesita cada parte de su otro cuerpo nada más perder ese brazo, esas piernas, esa herida, esas marcas, ese olor -ése que ahora trato de inhalar nuevamente, en su ausencia, en mi debilidad-. Y escribo “afortunadamente” porque he sentido su pérdida más de una vez, y más de dos, por lo que he sabido quererla en cada momento percibido.

Prometí no recrearme en el dolor que me causa su pérdida. Prometí no tener nostalgia de aquello que fue, de aquello que fuimos, pero perdóname si todavía no he encontrado ese noséqué que convierte nuestro hacer el amor en olvido.



Te quiero.

Siempre tuyo.
Mario."

domingo, 26 de junio de 2011

Aunque no quieras creerte

"Mi amor,

Quedémonos aquí sentados, sin nada que decirnos, con la boca hambrienta de besos imposibles. Hablemos con miradas y silencios, cortantes, incómodos, insalvables, porque sé que todavía, aun por esas ganas que tenemos de escondernos, abbiamo troppe cose da raccontarci. Tanto tú como yo somos conscientes de esas salidas que no tuvimos; de aquellas oportunidades que no supimos colorear, a las que no conseguimos darle coherencia ni exclusividad; conscientes de esas ganas que se quedaron sentadas en Plaza de España, esperándonos, y que ya se fueron. Un mi amor sincero, y que asumo imposible e irrefrenable, pero no por ello falso. Es sincero este momento, este 18 de marzo a las dos de la madrugada, instante en el que me encuentro leyéndote, pensándote, queriéndote en todas tus dimensiones. Para serte sincero odiaría pensar en que existe una posible despedida, cuya posibilidad, la de ese adiós, es la que asienta qui dentro un malestar incómodo para mi garganta y cada uno de mis sentidos. Por ello es por lo que no consigo hablarte cuanto querría, y por eso este vencimiento de ahora las dos y doce minutos. ¿Y si te dijera que es contigo con quien quiero perderme en un radio de un kilómetro a la redonda? ¿y si te pidiera que te olvidases del resto y te convirtieras en aquello que realmente quieres ser? ¿y si quisiera que tú y yo, por fin, fuésemos uno? Tengo curiosidad por saber qué responderás o, echando mano de un caso hipotético y más real, qué responderías a esa petición de unicidad, de no querer más que la felicidad del otro para que, de esta forma, el uno estuviera en lo más alto. Siempre ese egoismo que me caracteriza, y que tú criticabas cuando, juntos, tomábamos esos gnocchis que tanto nos gustaban. Lo único que compartíamos, además de las ganas por volar alto, muy alto y lejos. Muy lejos."

Esas ganas que se quedaron sentadas en Plaza de España, esperándonos, y que ya se fueron.

miércoles, 22 de junio de 2011

Su olvido y mi nostalgia

Viviendo deprisa
tan rápido que
el tiempo
ha dejado
de pronunciar
su nombre.

Olvido.

¿Qué ha ocurrido
entonces con esa
tal -cómosellamaba-
Nostalgia?

Nostalgia
de una tal
Tristeza;
de un
creo recordar
Llanto;
de esos
buenos amigos
los Sollozos Pérez,
los Enfados Martinez,
los Reproches González.
Nostalgia
de sus queridos
no te vayas nunca
-y se fue
se fue hace ya tiempo-;
de los abrazos
que nunca fueron;
de unos besos
que sí estuvieron
pero cuya razón de ser
no fue otra que
llenar ese vacio.
Ese maldito vacío
que acabó
con el corazón de aquélla,
con sus anécdotas,
con las experiencias,
porque no tenía.
Poque no vivía.

Eh,
si es que
con todo aquello
sólo podías añadir
palabras
a tus lágrimas.
Que creo recordar
te encantaba.
Siempre comentabas
lo mucho que te gustaba
revolcarte por el suelo
con las manos,
los pies,
con la cabeza
y corazón.
Un paro cardiaco
era igual a
cuarenta palabras
por minuto,
lo que significaba
una novelucha por hora y media,
si el dolor
era lo suficientemente grande
como para convertirse
en inspiración.
Nostalgia
de esa inspiración.

Ah, ¿sabes?
hace tiempo
el Olvido
me comentó que
quiso añadirte
a su red social.
Aceptaste
con los ojos vendados,
abiertos,
vendados,
abiertos.
A regañadientes,
pero finalmente
pudiste ver su perfil,
sus fotos,
sus escritos,
qué le interesaba
en la vida.

La vida en sí
era lo que
le interesaba.
Sin adjetivos
ni florituras.
Ella. La vida.
Y no sé de qué manera
te viste convencida
para seguir sus pasos,
para seguir como modelo
a ese tal Olvido,
ése que yo, sé, jamás aceptaré
como premisa principal
en la lógica de mi vida.

jueves, 20 de enero de 2011

Nuevo Blog

He decidido pasar de las letras a los colores:

www.mariadeifiori.jimdo.com

jueves, 30 de diciembre de 2010

Nuestra calvicie

Cierra los ojos

y date cuenta de las vueltas que da la vida, sin que tú controles los encontronazos con la realidad; ese abrir los ojos, la boca, las palmas de las manos de repente; los sueños que nunca alcanzan la mayoría de edad; las lágrimas que se vierten, incontroladas, por las escaleras; las emociones que te produce el primer beso.

Piensa además que hay momentos en los que crees saber de qué va todo esto , y otros en los que ojalá te deshicieras de los oídos, de esos ojos, del frío y del calor. Has de saber que existe un terminar y comenzar de nuevo, y que por eso sólo se llama a todo aquello 'tener un mal día'.

Ahora coge aire y abre los ojos

jueves, 23 de diciembre de 2010

Los besos

Todas esas imágenes,
ahora lo recuerdas,
paseaban con la mano alzada,
cruzando los dedos,
tropezándose por las escaleras,
y aquéllas que dejaron rastro,
una huella una luz,
un destello una sombra
quisieron ser las reinas de la noche,
y de la mañana,
sin embargo es ahora cuando otros besos
se hacen con esos resúmenes a media mañana,
con esos tiempos muertos
entre pincelada y pincelada,
con esas sonrisas después de una llamada,
con las 24 horas de un sólo día,
y las 48 de los dos días siguientes.
Son unos besos lentos,
que se agarran a los labios,
y que se despiden,
para segundos después,
volver a decirse algo.
Entre sábanas siguen jugando
sus labios,
se despegan,
se unen para desunirse,
se hablan para,
más tarde, tener la ocasión de
callar. Y besarse.
Y seguir besándose. Y.

Ahora concentraos en esa milésima de segundo que media entre estar en contacto, labio contra labio y la cercanía que, si no se vence, duele, te arranca una lágrima, un sollozo, se lamenta en un suspiro.


Se alejan los labios,
pero saben que volverán
a verse algún otro día,
minutos después,
dos, tres segundos del futuro.
Recurrirán a las mismas estrategias,
rozarán con la nariz la mejilla
que desean,
para, de esa manera,
sentir que un movimiento más
hará que vuelva a funcionar la noria.
Incluso se repetirán palabras,
silencios,
unas risas para abrir el apetito,
o puede que, simplemente,
se besen en su propia despedida,
una despedida que, en ocasiones,
se espera y desea eterna.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Métodos creativos para los amantes de la ambigüedad

Quando saprai di cosa parla l'amore
sarai vecchio,
avrai avuto due fligli e quattro gatti,
e probabilmente tua moglie ti manderà a cagare.



Caminan de la mano el peso de su cabeza y todo su cuerpo,
con los dedos sobre su pecho, sujetándose con fuerza el corazón.

Aterriza como puedas, se suplica frente a la realidad,
una realidad que ha escupido palabras como si de sangre se tratara.

Se estremecen todos y cada uno de sus sentidos,
y los suspiros cobran protagonismo en una ambivalencia tortuosa.

Se sienten fuertes porque han decidido seguir hacia delante,
pero a su vez hay una debilidad irresistible en ese comienzo a suspirar

Quedémonos sentados por si las puertas se cierran,
y las ventanas resultan ser de un vidrio blindado y opaco.

No saltéis, ni en paracaídas siquiera, con los ojos cerrados,
aunque os esperen los regalices rojos más apetitosos de la tierra.

La opresión en el estómago, en los pulmones, es molestia, incomodidad,
todo firmado ante notario y con su debida reclamación.